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Despertar de la Consciencia y el Florecimiento del Corazón

El Darse Cuenta en Terapia Gestalt


Lo fundamental en Terapia Gestalt es el darse cuenta, y es esta característica por la que se la identifica. En uno de sus primeros libros, Fritz Perls sugiere una serie de ejercicios para darse cuenta y desarrollar esta capacidad, ya que es el cómo se usa la capacidad de darse cuenta lo que diferencia a un individuo integrado de uno neurótico. El decía que el neurótico es alguien que ha renunciado a la capacidad de ver lo obvio, y por otro lado, el buen terapeuta es alguien que es capaz de ver y trabajar con lo que es obvio en la situación presente.

El darse cuenta en terapia Gestalt no es la capacidad de comprender algo de modo intelectual, es algo mucho más básico y directo. Supongamos que una persona que está deshidratada y que no comprende qué es lo que le sucede a su cuerpo visita a un médico. El médico le pregunta por sus síntomas, luego lo examina y llega a diagnosticar deshidratación y, consecuentemente, le receta tomar dos litros de agua diarios. El proceder de este médico es ejemplar, ha hecho un buen diagnóstico y ha dado el tratamiento correcto. Ahora bien, pudiera ser que este paciente no es bueno para hacer lo que otros le dicen, entonces logra seguir las instrucciones del médico durante una semana y luego olvida seguir el tratamiento... pronto los síntomas volverán. Un terapeuta gestáltico procede de un modo completamente distinto. La escena que veríamos sería algo como lo que sigue:

Paciente: Doctor, me siento mal, por eso he venido a consultar.

Terapeuta: Cuénteme qué es lo que siente en este momento.

Paciente: Siento mi boca seca, mi cuerpo está un poco débil, tengo dolor de cabeza.

Terapeuta: ¿Podría poner durante un par de minutos su atención en la sensación de sequedad en su boca y de cuando en cuando describirme qué es lo que le sucede al hacer esto?

Paciente: Bueno... mi boca está seca... es desagradable... siento deseos de algo... como si quisiera tragar algo, pero no sé qué es...

Terapeuta: Imagine algunas cosas que podría tragar y vea qué sucede con su sensación de la boca.

Paciente: Me imagino tragando un pedazo de pan... no, se siente desagradable. Me imagino comiendo un trozo de sandía... eso sería muy agradable.

Terapeuta: ¿Qué es lo que le resulta agradable de comer sandía?

Paciente: ...Es muy jugosa...

Terapeuta: Siga imaginando que come sandía durante unos minutos y cuénteme que sucede al hacer esto.

Paciente: Me imagino comiendo sandía... el deseo de tragar algo se vuelve cada vez más intenso, me imagino disfrutando el jugo de la sandia... ¡Tengo sed! ¡eso es! ¡tengo sed!

Terapeuta: Lo invito a tomar agua en este momento.

Paciente: (Toma agua) Gracias, se siente muy bien.

Terapeuta: Eso es todo, creo que ya hemos solucionado el problema.

Paciente: ¿Y qué debo hacer? ¿Cuál es el tratamiento?

Terapeuta: Ya está hecho. Puede volver a su casa.

En este segundo ejemplo, el paciente no tendrá que obedecer al tratamiento que el médico le receta, es más, el terapeuta ni siquiera necesitará hacer el esfuerzo de decirle qué es lo que tiene que hacer, porque el paciente, a través de su propia experiencia se dio cuenta de su sed. Alguien que se da cuenta, en este sentido, realizará las acciones necesarias para hacer lo que necesita hacer. Este paciente ha aprendido a reconocer la sed y por lo tanto, sin esfuerzo, se sentirá motivado para hacer exactamente lo que necesita hacer para estar en equilibrio, tomará agua sin que nadie se lo diga.

El darse cuenta es más básico y directo que la comprensión intelectual. En el primer ejemplo el médico podría haber hecho una exposición teórica muy precisa acerca de la deshidratación y luego recetar el tratamiento adecuado para solucionar el problema, pero aún así, la persona podría haber vuelto a enfermar. En el segundo caso, es decir, en terapia Gestalt, damos una importancia secundaria a la comprensión intelectual, porque sabemos que lo que llevará a una persona a autorregularse no es lo que piensa acerca de la realidad, ni lo que dice, ni lo que le dicen, sino su capacidad de sentir, identificar sus sensaciones y luego llevar a cabo las acciones correctas que vienen como una consecuencia natural de darse cuenta. No es necesario saber nada sobre los procesos químicos que tienen lugar cuando hay deshidratación para tener la motivación de tomar agua. Para esto se necesita sólo el darse cuenta de la sed.

No Queremos Ver

De modo casi permanente evitamos el darse cuenta de una gran porción de nuestra experiencia y lo reemplazamos por extensos discursos y diálogos internos que nos distraen de lo obvio. Por poner un ejemplo; estallamos de rabia ante una situación y luego sentimos culpa y nos enfrascamos en un largo diálogo interno tratando de entender de quién fue la responsabilidad sin llegar a ningún lado. Luego nos vuelve a suceder una y otra vez el mismo episodio, porque en todo el proceso no nos damos el tiempo de observar y darnos cuenta de lo que nos sucede; posiblemente el estallido de rabia se produce porque no queremos sentirnos vulnerables, y como no nos permitimos sentir nuestra vulnerabilidad, entonces no identificamos cuál es nuestra necesidad, esta necesidad no se satisface y entonces, de modo permanente, estamos al borde del estallido. Igual que el ejemplo de la deshidratación.

Lo obvio nos pasa desapercibido, porque nos asusta verlo. Básicamente en esto consiste la neurosis y toda la sintomatología que desarrollamos; ansiedad, depresión, problemas en las relaciones, obsesiones y todo el largo etc. de (auto) torturas psicológicas que podríamos enumerar. Creemos que si nos damos cuenta de lo obvio, estaremos en problemas, perderemos el amor y la estima de los demás, nos volveremos invisibles, malas personas, dañaremos a alguien, toda clase de fantasías catastróficas.

La terapia Gestalt es una invitación a reencontrarnos con lo obvio en un espacio protegido. A medida que practicamos el darse cuenta, descubrimos que nuestras fantasías catastróficas son solo eso; fantasías. Lo que había en nuestro interior no es lo que imaginábamos. Poco a poco recuperamos la capacidad de vernos y darnos lo que necesitamos y nos volvemos personas más enteras, más satisfechas, más generosas y honestas.

Lo Transpersonal del Darse Cuenta

En terapia Gestalt, el terapeuta pedirá una y otra vez a su paciente que ponga atención a su experiencia en el momento presente, sin intelectualizar, simplemente tomar la actitud de describir su dialogo interno, sus sensaciones corporales y los cambios que experimenta a medida que lo hace. Al principio, el paciente sentirá miedo de hacerlo, aún no tiene la confianza de permitirse admitir y mostrar lo que sucede en su interior, ni a sí mismo, ni al terapeuta.

Básicamente, esto sucede porque al tiempo que quiere negar lo que le sucede, está totalmente identificado con eso... en realidad está identificado con la fantasía de lo que hay en su interior. Dentro de sí mismo cree que está sucediendo algo inconfesable, algo que imagina es una terrible verdad. Los neuróticos decimos “debo controlarme a mí mismo, debo ocultar lo que siento a mí y los demás, porque la verdad va a ser demasiado para mí y los otros. Tengo algo muy malo dentro de mí y es peligroso.”

Sin embargo, cuando hacemos el ejercicio del darse cuenta, suceden dos cosas; la primera es que se vuelve obvio que eso tan horrible que creíamos tener dentro nuestro no es como lo imaginábamos, es mucho más inofensivo y presentable. Y segundo, ahora que lo reconocemos y lo identificamos, tenemos la posibilidad de realizar las acciones adecuadas que nos permitirán satisfacer la necesidad que hay ahí.

Por ejemplo; eso que creímos que era una terrible depresión no era más que la necesidad de recibir compasión y ternura, no necesitábamos permanecer dos meses internados en una institución psiquiátrica, solo se necesitaba compasión hacia nosotros mismos; eso que creímos que era una ira asesina, no era más que la necesidad de expresar un simple desacuerdo, no era necesario matar a alguien, era necesario hablar con precisión y respeto; eso que era un terror paralizante que se convertía en ataques de pánico, no era más que la necesidad de descanso y diversión, no nos estábamos volviendo locos, solo hacía falta descansar y bajar la exigencia extrema.

Nos resistimos a ver lo obvio, porque en lugar de darnos el tiempo y el espacio de ver, imaginamos en su lugar cosas horribles y peligrosas... en lugar de usar nuestra capacidad de ver lo obvio y darnos cuenta, pensamos y creamos fantasías con nuestro intelecto. Vivimos creyendo que somos algo y luego hacemos grandes esfuerzos por convencernos a nosotros mismos y a los demás que no somos eso. Esto es la neurosis.

A esto es a lo que se refieren muchos caminos y maestros espirituales cuando nos dicen que estamos identificados con el Ego o la Mente. Con lo que estamos identificados es con una idea incorrecta de lo que somos y luego desarrollamos una serie de mecanismo complejos y tortuosos para demostrar que no somos eso. Esto es el Ego.

Transpersonal es una palabra que quiere decir “más allá de la persona, más allá de la máscara”. Alguien que ha entrado en un espacio transpersonal es alguien que ha perdido el miedo a ver lo que hay en su interior porque sabe que las ilusiones de la mente no son más que eso, ilusiones. Después de hacer una y otra vez el ejercicio de darnos cuenta comenzamos a desarrollar la comprensión de que al mirar lo que hay dentro, en un principio siento miedo, pero una vez que realmente veo lo que hay, esos miedos se desvanecen, eran solo ilusiones. Con el tiempo, se pierde el miedo, y con la pérdida del miedo ya no podemos seguir tomándonos en serio los horrores y distorsiones que la mente crea para salvarse de sus propios demonios imaginados.

Una vez que se pierde el miedo, entonces perdemos el miedo a lo espontáneo en nosotros mismos. El ser esencial vuelve a encontrarse al mando. Ya no es la mente quién intenta controlar la realidad, es la vida que se manifiesta de forma natural y espontánea a través de nuestro cuerpo quién retoma el control. El Ego (es decir, nosotros) se hace a un lado y en lugar de luchar y torturar a la verdad que surge a cada instante, aprende a apoyar y confiar en el proceso. Deja de necesitar entender las cosas para permitirles ser. Permite que las cosas sean y disfruta el viaje.

Eso es todo.

Esto es Gestalt.

Es Meditación.

Simple Darse Cuenta.

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