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Despertar de la Consciencia y el Florecimiento del Corazón

Todo Sucede Automáticamente

Es un hecho muy evidente, y reconocerlo es tremendamente liberador. Sin embargo, vivimos la vida creyendo que nosotros somos los autores de todo lo que sucede en el cuerpo-mente e incluso, que somos autores de eventos que suceden fuera de él.

El hecho es que todo sucede automáticamente. Por ejemplo, todos los procesos corporales son automáticos, no hay nada que tú tengas que hacer para que sucedan. El cuerpo, de forma automática –e inteligente, automático no quiere decir falto de inteligencia- realiza todos sus procesos. El corazón late, con la respiración sucede el intercambio de gases, las neuronas realizan sus sinapsis… y para la realización de todos estos procesos tú haces nada.

Del mismo modo, la mente es un proceso automático. El flujo de pensamientos, imágenes, toma de decisiones, emociones, etc. es realizado de manera absolutamente automática –nuevamente, automático no quiere decir falto de inteligencia-. Se vuelve muy evidente cuando te detienes a observar su funcionamiento. Los pensamientos simplemente emergen en la consciencia, no es que tu elijas cuáles pensamientos vendrán, simplemente vienen. Luego se producen asociaciones entre ellos, luego más cadenas de razonamiento, luego sensaciones emocionales y corporales, luego imágenes, etc. Y todo el proceso es absolutamente automático. Tú haces nada para que suceda, para la realización de todos estos procesos tú haces nada.

Tenemos la impresión que somos nosotros quienes pensamos porque junto a todo el flujo de pensamientos, surge constantemente el pensamiento “yo estoy pensando”. Sin embargo, este pensamiento también surge de modo automático, tú no decides pensar que eres tú el que piensa. Solo surge el pensamiento de vez en uando durante la cadena de asociaciones de pensamientos.

Cuando comprendes esto, entras en un profundo estado de Paz. La Gran Paz. Nada de lo que sucede es realmente algo que estás haciendo tú. Es como estar en el centro del huracán; a tu alrededor hay miles de eventos y fuerzas en movimiento, pensamientos, emociones, percepciones, sensaciones físicas, el mundo “allá afuera”, y sin embargo, tú estás en el centro, muy calmo, sin moverte, sin hacer, sin pensar, sin intención ni deseo, contemplando la danza automática –e inteligente- que es la vida, tu cuerpo-mente, toda la manifestación.

El sufrimiento viene de creer que tú eres quién hace algo. Si tú eres autor de tus pensamientos, entonces puedes ser juzgado y juzgarte por ellos. Y luego debes intentar corregirte. Si tú eres el autor de tus acciones, entonces debes esforzarte por realizar las acciones correctas. Si tú eres autor de tus sentimientos, entonces debes esforzarte por tener los sentimientos correctos. De aquí viene la sensación de esfuerzo. Sin embargo, cuando vemos que todo sucede de forma automática, entonces ya no hay sensación de esfuerzo… el cuerpo-mente funciona maravillosamente bien cuando no hay nadie intentando controlarlo. Es en este punto en el que tú te experimentas como un testigo transparente que disfruta la danza de la vida.

Tú eres Eso que disfruta la manifestación, no el mundo manifestado. Tú eres eso que contempla la belleza del proceso del pensamiento, no el que piensa. Tu eres Eso que contempla al cuerpo sintiendo y experimentando emociones y sentimientos, no quién siente las emociones y sentimientos.

Todo esto parece algo muy filosófico. Sin embargo, cuando es algo que sucede en la consciencia, se experimenta como algo muy concreto. Tu energía vital se incrementa, tu cuerpo se vuelve liviano, tu estado de ánimo se vuelve calmo, transparente, amoroso. Es una revolución en todos los niveles. Todo el cuerpo-mente es afectado por este cambio de perspectiva. Esto no es filosofía, la filosofía es un asunto de la mente. Esto es ciencia de la consciencia.


Recuerda: Tú eres Eso.

Tú eres el Testigo, rodeado de un universo que danza una sinfonía automática y perfecta, con todos los colores, desde el dolor infernal, hasta el éxtasis más luminoso –y ninguna de estas ilusiones puede atraparte porque sabes que no te está sucediendo a ti.

Yo Soy Eso. De aquí viene este poderoso Mantra.

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